La dificultad para encontrar estabilidad económica permanente, la odisea de encontrar piso, no encontrarse en el momento vital adecuado… Sea cual sea la razón, cada vez son más las mujeres en nuestro país que deciden ser madres a partir de los 30 años o más. Sin embargo, a una de cada cien le sobreviene una situación que no esperaban que se anticipase con tanta rapidez: la menopausia avanzada.
Esta situación puede llegar a ser muy dolorosa para todas aquellas mujeres que han tenido que retrasar la maternidad por alguno de los motivos mencionados y que, de pronto, se ven privadas de la posibilidad de concebirlo mediante sus propios óvulos. Ahora esta situación puede que haya llegado a su fin gracias al increíble logro del que hemos tenido noticia esta semana y del que es protagonista un equipo de ginecólogos del Hospital Clínic de Barcelona.
Liderado por los doctores Francesc Fábregues y Francisco Carmona, este equipo ha aplicado una técnica pionera a nivel mundial que permite a mujeres con menopausia avanzada volver a ovular. Y justo eso es lo que han conseguido con María José Ortega, una mujer de 30 años a la que le fue diagnosticado este trastorno y que, tras el tratamiento, logró quedar embarazada con sus propios óvulos.
El proceso para lograrlo consiste en la extracción de una parte del tejido más externo del ovario, el cual se procede a fragmentar sobre la mesa de disección, provocando su reactivación y producción de óvulos. Posteriormente se reimplanta en la cara contraria del ovario, concluyendo la intervención.
La técnica, además, logra mejorar la ya empleada por un grupo de ginecólogos japoneses, consiguiendo reducir el proceso a una sola intervención y eliminando la necesidad de someterse a un tratamiento farmacológico, al contrario que en la empleada por los nipones.
Por supuesto, la técnica no deja de despertar las mismas preguntas sobre los límites en su aplicación. Tal como aclaran Fàbregues y Carmona, preguntados acerca de la posibilidad de que mujeres sin menopausia avanzada tuvieran la intención de recibir este tratamiento: “No podemos ir más allá de donde estamos. Esta técnica sirve para lo que sirve. Y el contexto debe mantenerse. Hoy no debe utilizarse aún fuera del ámbito en el que está. La respuesta es clara y rotunda: no.”
De las 12 mujeres incluidas en el ensayo clínico experimental que ha dado como resultado el embarazo de la paciente, seis han logrado tener actividad ovárica tras la intervención. Un dato que abre una nueva vía de esperanza para todas las mujeres que vieron truncado uno de sus mayores sueños.
