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Tus pies escondían una zona del cuerpo desconocida hasta ahora

Innovación tecnológica
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Cuando nos hablan de viajes a los límites de lo conocido solemos pensar en el espacio o incluso en alguna de esas remotas regiones del planeta que todavía quedan sin rastrear con un satélite. Sin embargo, hay todo un mundo que aún nos depara rincones inexplorados y, sobre todo, grandes sorpresas. Y lo tienes cerca, tan cerca que lo mueves de arriba abajo todos los días: efectivamente, nos referimos al cuerpo humano, todo un universo que ahora conocemos un poco mejor gracias investigadores de la Universidad de Barcelona.

Miquel Dalmau, investigador de la Unidad de Anatomía y Embriología Humanas y del Departamento de Patología y Terapéutica Experimental, ha publicado el estudio realizado junto a su equipo en la revista “Knee Surgery, Sports Traumatology, Arthroscopy”. En él ofrecen los detalles de una estructura del tobillo desconocida hasta ahora: el complejo ligamentoso fibulotalocalcáneo lateral.

El hallazgo, según Dalmau, puede cambiar “la comprensión de esta articulación y podría explicar por qué muchos esguinces de tobillo continúan produciendo dolor incluso meses o años después de la lesión inicial.” Esto ha sido posible gracias a la disección de la cápsula articular del tobillo, lo que ha permitido identificar por primera vez el componente intraarticular del ligamento talofibular anterior. Y ha sido justamente al conocer que dicho ligamento se componga de una estructura intraacular el que ha permitido conjeturar sus posibles implicaciones en la evolución y el tratamiento de las lesiones de tobillo.

Tal como afirma Dalmau, “este hallazgo nos hace pensar que el comportamiento después de una lesión será similar al de otros ligamentos intraarticulares, como el ligamento cruzado anterior de la rodilla, que no son capaces de cicatrizar por sí solos cuando se rompen, lo que hace que la articulación quede inestable y requiera una intervención quirúrgica en muchos casos”

En lo referente a por qué seguimos sintiendo dolor meses o incluso años después de habernos recuperado, aparentemente, de un esguince, Francesc Malagelada, co-autor del estudio, aclara que “al ser intraarticular, el ligamento no cicatriza. La inestabilidad de la articulación les sigue produciendo dolor y hace que estos pacientes tengan muchas posibilidades de sufrir más esguinces y de desarrollar otras lesiones en el tobillo.”

Así, la próxima vez que os adelantéis al pronóstico de una tormenta porque ha empezado a doleros el tobillo, recordad que ahora la ciencia ya tiene una respuesta.