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¿Qué sabes de los antihistamínicos?

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Millones de personas consumen antihistamínicos para paliar los efectos de las alergias

La primavera es el terror de los alérgicos. En ella se producen las congestiones nasales, los estornudos y otros muchos efectos causados por las alergias que afloran especialmente en esta época del año. Uno de los tratamientos más comunes es el consumo de antihistamínicos, pero ¿qué sabemos de ellos?

Una persona experimenta una reacción alérgica cuando entra en contacto con un elemento inofensivo que su cuerpo interpreta como un patógeno invasor. Es entonces cuando las células de su sistema inmunológico liberan histaminas, que junto a receptores específicos acaban provocando reacciones como la expansión de los vasos sanguíneos y la contracción de los tejidos del músculo liso.

Los antihistamínicos sirven para bloquear los receptores de histamina H1,y alivian una amplia gama de síntomas como la congestión, los estornudos, el goteo de nariz, ojos llorosos, erupciones en la piel o náuseas.

Los antihistamínicos cabe diferenciarlos por generaciones. Los de primera generación pueden dañar las funciones cognitivas y motoras y causar somnolencia. Como efectos secundarios graves figuran la mala calidad del sueño, mareos o baja presión sanguínea.

Los antihistamínicos de segunda y tercera generación no tienen propiedades sedantes y es menos probable que tengan efectos significativos en el sistema nervioso central, como sí ocurre en los de primera generación. Por este motivo, son los más seguros y potentes.

Pueden comprarse sin receta o con ella. En el segundo caso, debido a que existen antihistamínicos con concentraciones más altas de ingredientes activos que los de venta libre o por el riesgo de efectos secundarios adversos. A pesar de todo, la mayoría de las personas pueden tomar con seguridad dosis bajas de antihistamínicos de venta libre o con receta médica durante períodos cortos.

En resumen, la mayoría de los proveedores de atención médica recomiendan el uso de antihistamínicos de segunda o tercera generación para tratar los síntomas de la alergia de leves a moderados. Aun así, se pueden seguir adquiriendo antihistamínicos de primera generación, pero pueden causar somnolencia y sedación.