Basándose en la experiencia del uso de gafas de realidad virtual inmersiva, los profesionales del Miguel Servet valoraron cómo la rehabilitación de pacientes post-ictus se enfrentaban al problema de poseer un control “irreal” de sus habilidades al haberlas fomentado en un entorno controlado, lo que supone una problemática al salir al mundo exterior. El ruido, los coches o la gente son factores que no se podían reproducir en este proceso de rehabilitación y que resulta indispensable para un proceso de recuperación más óptimo.
Por ello, a través del uso de la realidad virtual inmersiva cinemática se trasladó la realidad de la calle al paciente.
Se crearon una serie de vídeos con los que se reproducen una serie de entornos y situaciones reales, concretamente del área de Zaragoza, adaptándose a la situación evolutiva del paciente post-ictus. Con ello se fomenta que el paciente tenga que desarrollar tareas posturales en diferentes posiciones con el objetivo de abarcar los componentes más importantes del equilibrio.
Siempre se busca que el paciente tenga elementos novedosos y reconocibles con los que interactuar en los tratamientos terapéuticos.
Ventajas
- Ir un paso más allá en las terapias rehabilitadoras para pacientes postictus, proponiéndoles situaciones y entornos reales en los que desenvolverse fuera del espacio controlado del hospital.