Dogspital es un proyecto pionero que está basado en un proceso en el que la primera autorización que tiene que haber para que se produzca el encuentro es la del médico.
Posteriormente se pasa un control veterinario y por último un control del educador canino que evalúa si el comportamiento del perro es adecuado para entrar dentro del recinto hospitalario.
Este encuentro se produce en una sala especial, denominada punto de encuentro, ubicada en el hall del hospital y que está adaptada tanto para el paciente como para su mascota.
La parte de los veterinarios sería la segunda parte del proceso de control en el Dogspital. Están encargados de asegurarse que el perro cumple unas condiciones de seguridad para el paciente que está hospitalizado.
Aparte de controlar que las vacunas están al dia, la desparasitación y extremar las medidas de higiene para garantizar que el animal puede entrar con todas las garantías.
Una vez que el veterinario da el pasaporte firmado, se incorpora al perro dentro del hospital. Para ello, hay un proceso de visitas del animal ya que hay que incorporarlo dentro de un sitio en el que hay tránsito de personas, de enfermos y sobretodo donde hay elementos que el perro no conoce, como camillas, sillas de ruedas… Esto puede ser motivo de una alteración en la conducta del perro, por lo que hay que acostumbrarlo y se puede hacer tanto en el exterior o en el interior del hospital y garantizar la visita.
Ventajas
– Los pacientes, cuando ingresan en el hospital, lo primero que pierden es su salud, pero también pierden su entorno. En ese entorno se encuentran, para muchos de ellos, sus mascotas, concretamente los perros. Por eso, la Unidad de Seguridad del Paciente, dentro de su programa de humanización, contempla el encuentro entre el paciente y su mascota, buscando recuperar esa zona personal perdida en el ingreso.