Los urólogos utilizan a diario el lavado vesical contínuo. Se trata de un sistema de lavado para la vejiga empleado en la intervención quirúrgica o las resecciones transuretrales, así como en el postoperatorio.
El problema que se plantea en los lavados es que se utiliza un suero de 3 litros y puede llegar a ser insuficiente, por lo que deja de hacer el efecto esperado de la limpieza de la vejiga, acumulándose sangre de forma que se coagula dentro de la vejiga y puede obstruir la salida de la sonda.
En el hospital han pensado en un sistema que les avise del fin del lavado, evitando interrupciones en la cirugía e interrupciones en el postoperatorio, lo que lleva a un aumento de la estancia hospitalaria, complicaciones postoperatorias y en algunos casos a una reintervención quirúrgica.
Ventajas
Creación de un sistema que avise del acabado del suero para reducir los tiempos quirúrgicos y los días hospitalarios.