Se estima que en 2015 murieron 8,8 millones de personas como consecuencia de la contaminación del aire
Investigaciones recientes han concluido que la contaminación del aire es una de las principales causas de muerte en todo el mundo. Su capacidad para aumentar el riesgo de defunción supera significativamente a otras causas importantes de pérdida de vidas, como el tabaquismo, el paludismo o la violencia.
Los efectos negativos de la contaminación atmosférica sobre la salud se asocian con el aumento de enfermedades cardiovasculares, como los ataques al corazón, y enfermedades crónicas como el asma. También afecta al embarazo, provocando nacimientos prematuros.
La contaminación atmosférica incluye la denominada contaminación “natural”, como el polvo y los incendios forestales, y la influenciada por el hombre, como la quema de combustibles fósiles en la industria y en los motores de los vehículos. Esta última supone la amenaza más importante para la salud.
Se estima que durante 2015 murieron alrededor de 8,8 millones de personas como consecuencia de la contaminación del aire. En comparación, el tabaco causó cerca de 7,2 millones de muertes, el VIH aproximadamente 1 millón, las enfermedades transmitidas por parásitos o insectos provocaron 600.000, y todas las formas de violencia supusieron 530.000 muertes.
A la vista de estos datos, los investigadores sugieren a los encargados de hacer políticas, las organizaciones de salud y los medios de comunicación centrarse más en la contaminación del aire, dada la gravedad de sus efectos y el impacto que tendrá en los años venideros.
