Si tienes alergia o padeces alguna enfermedad que dificulta tu respiración, estos aparatos pueden servirte de gran ayuda
Los humidificadores y vaporizadores sirven a un mismo propósito: añadir vapor de agua al aire para evitar la sequedad. Ambos se utilizan para combatir resfriados, bronquitis y alergias, pero existen ligeras diferencias entre ambos. En este artículo te sacamos de dudas para que sepas cuál es el más adecuado para ti.
La principal diferencia es que el vaporizador calienta el agua y añade vapor al aire, creando una niebla caliente, mientras que un humidificador libera una niebla fría ultrafina. Entre estos últimos, los hay con tecnología ultrasónica y con filtro de mecha interna y un ventilador.
Para determinar qué dispositivo es mejor para cada caso, se necesita entender qué beneficios producen:
- En el caso de las alergias, un vaporizador es la mejor opción, ya que la niebla, fruto del calentamiento del agua, generalmente tiene menos contaminantes que un humidificador. En todo caso, tanto un nivel de humedad bajo como uno alto pueden causar efectos adversos.
- Para los asmáticos, no se recomienda el uso de ninguno de los dispositivos. El asma implica hipersensibilidad de las vías respiratorias y el uso de cualquiera de estos sistemas puede irritarlas aún más. Al contrario, en casos de bronquitis cualquiera de los dos resulta de utilidad.
A la hora de paliar los efectos de un resfriado, depende de gustos personales, pero los vaporizadores tienen el beneficio de poder añadir medicamentos para inhalar y así aliviar la congestión nasal y del pecho.
Si se va a colocar un aparato en estancias con niños, un humidificador resulta más seguro, puesto que no recurre al calor para generar vapor, y así se evita el riesgo de quemaduras.
Ambos aparatos pueden ayudar a aliviar la sequedad de la piel y la nariz, y la elección debe depender de su aplicación, presupuesto, edad del usuario y, por supuesto, las preferencias personales.
