Hace tiempo que sabemos que las patologías cardiovasculares son la principal causa de fallecimiento no sólo de nuestro país, sino de prácticamente todo el mundo. En nuestro país, alrededor de 16 millones de personas sufren de hipertensión o presión arterial elevada, uno de los principales factores de riesgo a la hora de desarrollar ictus o accidentes cardiovasculares. Y si existe un componente de nuestra dieta que pueda propiciar esta situación ese es el sodio, un elemento que no debemos asociar exclusivamente a la sal con que aderezamos nuestras comidas.
Más allá de encontrarse presente en la sal común, la que empleamos todos los días, el sodio inunda multitud de alimentos, especialmente los aperitivos, las comidas elaboradas en restaurantes e incluso bebidas de todo tipo, no sólo los ya poco recomendables refrescos.
Aquellos y aquellas que quieran (o necesiten por prescripción médica) controlar sus ingestas de sodio parecen tenerlo complicado teniendo en cuenta esta omnipresencia algo elevada del sodio en la mayoría de los alimentos que los supermercados ponen a nuestra disposición. Por eso, partiendo de esta necesidad, investigadores del Georgia Institute of Technology parecen haber dado con el dispositivo perfecto para estas personas: un sensor electrónico flexible que puede integrarse en los dientes y controlar en tiempo real las cantidades de sodio que ingerimos a lo largo del día.
El dispositivo, presentado en un estudio publicado en la Proceedings of the National Academy of Sciences, envía los datos recogidos al móvil del usuario, a quien alerta en caso de que su promesa de una dieta baja en sodio esté a punto de romperse. Porque a todos nos gusta un buen snack, pero llegadas determinadas edades nunca está de más andarse con un poco más de ojo.
W. Hong Yeo, profesor asistente de micro y nano ingeniería que ha liderado el equipo de investigación, ha asegurado que el sensor podría colocarse directamente sobre la lengua o el paladar o incluso pulirlo de tal manera que quedara sujeto a un solo diente.
Basado en un sistema de biosensores, el principal objetivo del equipo de Yeo es, por un lado, reducir las dimensiones del dispositivo hasta optimizar su tamaño y textura y, por otro, perfeccionar aun más la sensibilidad de la recogida de datos. Esto último resulta indispensable, ya que, como aventura el profesor, permitirá conectar los biosensores a otras aplicaciones de eHealth, consolidando aun más algo que llevamos sabiendo desde hace tiempo: el futuro de la medicina lo tienes ahora mismo en la palma de la mano, ayudando a registrar todo lo que tu médico necesita saber mientras recibes ese último whatsapp.
